LA POSADA es una antigua casona, restaurada manteniendo el edificio original y realzando el adobe, madera, y piedra en una llamativa sinfonía de colores. El edificio, emerge entre las callejuelas que acceden a la plaza del pueblo, donde se encuentra el ayuntamiento y la iglesia.
A sólo 75 km. de Madrid, Toledo o Avila por la carretera 501, ofrece todas las comodidades necesarias para que disfrutes de un merecido descanso en contacto con la naturaleza.
Santa María del Tiétar es el primer pueblo de nuestra valle, atendiendo a la dirección del curso del río que nos da nombre.
Está situada en el extremo sudeste de la provincia de Ávila, a 75 Km. de la capital, y a 85 Km. de Madrid, en plena C-S0 1 y su altitud de casi 700 m. sobre el nivel del mar. Con una extensión de 1 1 . 9 Km2. Limita al norte con Casillas, al Este y Sur con Rozas de Puerta Real (municipio de la provincia de Madrid), y al Oeste con Sotillo de la Adrada.
El clima es muy agradable como corresponde el microclima del Valle del Tiétar, que se empieza a notar al pasar el límite interprovincial. Las temperaturas máximas en verano no suelen pasar de los 34º y las de invierno los 12º, las mínimas en invierno pocas veces llegan a los 0º. y en verano no bajan de los 14º, con una medía de 75 días al año de precipitaciones.
El término municipal es atravesado en su parte sur por el Ría Tiétar al que se le unen los arroyos Chico y Pajarejo. De las 920 hectáreas del municipio 512 se dedican a pastos permanentes, y 181 están pobladas de bosques de pinos, fresnos, castaños, encinas, y algún roble, En cuanto a la fauna, destacan las golondrinas, pica-pinos, ruiseñores, mirlos, alguna cigüeña, buitres, zorros, jabalís, jinetas, comadrejas...
El edificio principal conserva sus características originales, dintel de piedra datado el siglo XVIII, el adobe, ladrillo y piedra, con sus enormes vigas maestras y los detalles de ventanas y puertas con la combinación de nuevos materiales con puertas labradas en cedro, de Costa Rica, suelo de madera de Brasil y mobiliario de la India, dando lugar a un espacio diferente, con su propia personalidad.
Nuestro objetivo principal era recuperar el edificio, convirtiéndolo un lugar para compartir con amigos, y ofrecer un punto de partida para visitar los hermosos alrededores del valle del Tiétar.
Sus habitaciones con seguridad darán satisfacción a sus visitantes y le harán sentirse cómodos.
Nos da la bienvenida a la habitación una puerta de cedro amargo labrada, antesala de los muebles de forja y madera.